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¿Tu prenda recién lavada tiene olor a húmedo?
Hay ocasiones en las que prendas de tejido grueso como por ejemplo, toallas o pantalones vaqueros (jeans) y en general todas las que tiene su tela gruesa, aún estando recién lavadas, desprenden un desagradable olor a humedad, ¿te suena?.
Al contrario de lo que pueda parecer, puede no deberse a un problema de suciedad como tal, de manera que aún volviendo a lavar la prenda no se soluciona.
¿Porque desprende ese olor?
Más que por que, debemos preguntarnos por quién ya que básicamente los responsables de este olor son microorganismos como bacterias y hongos.
Hay ciertas condiciones del entorno que favorecen la proliferación de estos seres microscópicos en nuestras prendas como por ejemplo.
- La humedad.
- La unión de residuos celulares (producidos por nuestro cuerpo de manera natural) y el oxígeno ambiental.
- Resto de bacterias que flotan en el ambiente.
Teniendo esto en cuenta, podemos deducir que procesos de secado de las prendas, ya sea tras el lavado o tras el uso (en el caso de toallas), en ambientes frescos y poco ventilados o con un alto grado de humedad favorece el desarrollo de los microorganismos.
Por ejemplo, si tendemos la colada por la noche y en un lugar donde no circule el aire, probablemente, las prendas con la tela más gruesa, como por ejemplo jeans, toallas, pana, etc, estén expuestas a un alto grado de humedad durante mucho tiempo y una vez secas, notemos que desprenden el desagradable olor.
¿Porque afecta especialmente a las toallas?
Este problema es muy frecuente en toallas y el motivo es bien sencillo.
Las toallas, por lo general, se encuentran en el cuarto de baño que es un ecosistema que con unas características óptimas para el desarrollo de este problema.
El tejido de las toallas es el que mayor riesgo corre de albergar gérmenes, hay que tener especial cuidado con ellas.
- El uso continuado de las toallas, especialmente las de mano, hace que no lleguen a secarse correctamente y es común que estén húmedas durante mucho tiempo.
- Al compartir las toallas, cada uno de nosotros aportamos nuestra ración personal de residuos celulares y bacterias, lo que provoca un efecto multiplicador de los microorganismos.
- El cuarto de baño es un lugar con altísimo grado de humedad, especialmente cuando nos duchamos, esta humedad es absorbida por las toallas.
- El cuarto de baño cuenta con gérmenes que no se encuentran en otras partes de la casa, especialmente lo emitidos desde el inodoro, sobre todo si utilizamos la cisterna si bajar la tapa (es esto ya hablaremos en otro post).
Soluciones
Estas son algunas recomendaciones de carácter general que ayudarán a evitar que las bacterias campen a sus anchas por nuestras prendas:
- Evitar que las prendas permanezcan húmedas mucho tiempo, intentando que los procesos de secado sean rápidos en zonas aireadas.
- Para los procesos de lavado es recomendable separar las ropa que tiene este problema de la que no.
- Cuando se tienda la ropa procurar que entre las distintas prendas haya corriente de aire
- Evitar almacenar la ropa sucia durante mucho tiempo en lugares como cestas de ropa sucia, bolsas de deporte, etc, especialmente si está húmeda.
- Tras cada lavado, mantener limpio y seco el tambor y las gomas de la lavadora para evitar la aparición de gérmenes en el propio electrodoméstico.
Soluciones específicas para algunos tejidos
Hay algunos tejidos que tienen soluciones específicas que funcionan bastante bien.
Solución para los pantalones vaqueros (jeans)
Esta curiosa solución fue aportada por un directivo marca Levis(R) y consiste en congelar los vaqueros durante dos días, de tal manera que gérmenes y olores quedan neutralizados, con esta solución, el directivo pretendía disminuir el número de lavados de la prenda para prolongar su vida.
Solución para las toallas
Para hablar de la solución para las toallas deberíamos comenzar con un “En la medida de lo posible…” ya que, como hemos dicho antes, el ecosistema en el que viven no ayuda demasiado ya que algunos de los consejos pueden ser complicados de cumplir:
- Deberíamos hacer frecuentes lavados a 60º o con detergentes que lleven agentes blanqueadores basados en oxígeno.
- No compartir toallas (ni las de el lavabo).
- Procurar que la toalla se seque rápidamente después de cada uso.
- Cerrar la tapa del inodoro cuando se use la cisterna.
Otros motivos que pueden provocar el mal olor en la ropa.
Existen otros motivos por los que los tejidos pueden oler mal aún estando recién lavados:
A veces el problema es de la lavadora
Dentro del tambor de la lavadora hay muchos rincones en los que se pueden acumular restos de otros lavados y por tanto bacterias, especialmente si una vez finalizado el ciclo de lavado, cerramos la puerta del tambor.
Es recomendable que después de los lavados se deje la puerta abierta para que se ventile y se seque el tambor y la goma.
El cuidado de nuestra lavadora es esencial para evitar estropear nuestros tejidos
Usar suavizante no siempre es buena idea
Utilizamos suavizante para conseguir una agradable sensación al tacto y perfumar nuestras prendas, pero en ocasiones, para cierto tipo de prendar el uso del suavizante consigue un efecto negativo.
Estamos hablando de las prendas transpirables, por ejemplo, las prendas deportivas que están diseñadas para que, durante la realización de ejercicio físico, el sudor y la humedad atraviesen el tejido.
Esto se consigue mediante al fabricación de tejidos con un alto grado de porosidad.
El uso del suavizante hace que se tape la porosidad de estos tejidos, a partir de entonces, se evita la transpiración y esto hace que durante la práctica del ejercicio, el tejido esté expuesto a bacterias y humedad constante que puede incluso producir un perpetuo olor a humedad que haga que tengamos que desechar la prenda.
Debemos intentar lavar la prenda con jabones neutros y lo antes posible, evitando almacenarla sudada en la cesta de la ropa sucia o en la bolsa del gimnasio.
Por su puesto, si la actividad física se practica con prendas que además no están diseñadas para ello, es decir, que no transpiran, el desastre está asegurado.
Es cierto que lo normal es que no podamos lavar la ropa deportiva inmediatamente después de realizar el ejercicio y como es normal, tendremos que guardarla en nuestra bolsa de deporte hasta llegar a casa
Una solución sencilla en estos casos es, antes de lavarla, dejar la prenda en remojo cinco minutos en una mezcla de bicarbonato y agua tibia.
Y esos sí, una vez lavada, secarla lo antes posible en un lugar seco y aireado.